Hace algunos días, en un paseo por las calles limeñas, encontré esta botella “tomatodo” -como las llamamos en Perú- con capacidad de dos litros. Tenía marcas que indican el contenido de agua restante para llegar a la meta del consumo de 2 litros diarios, además mensajes motivacionales para el dueño de la botella.
Mientras completaba la transacción de compra, me di cuenta que fallaba con el objetivo de ingerir dos litros de agua diarios porque me daba flojera pararme a cada rato para servirme un vaso. “Va a ser más fácil llenar la botella de un tirón e ir bebiendo el agua conforme pasan las horas”, pensé. Porque siempre es más fácil hacer aquello que el ambiente en el que estamos nos invita a hacer.
En otras palabras, aplicar la teoría de Nudge, desarrollada por el economista conductual Richard Thaler. En su libro, publicado en 2008, Thaler habla de la arquitectura de las elecciones. ¿Queremos que los chicos prioricen el consumo de frutas en sus cafeterías escolares? Situemos las peras o mandarinas a la altura de sus ojos. ¿Queremos que las personas dejen la basura donde debe ir en lugar de dejarla en el suelo? Aumentemos la cantidad de contenedores de basura y hagamos que sean visibles para que se encuentren con facilidad. O, como hacen las plataformas de streaming, que nos llevan al siguiente capítulo apenas corren los créditos del capítulo que estamos terminando de ver.
El principio básico de la teoría de Nudge de “Hazlo simple”; si queremos incentivar un comportamiento, identifiquemos por qué las personas no lo están haciendo y eliminemos las barreras, como en los ejemplos que se muestran líneas arriba. Y lo contrario también es cierto: si queremos desincentivar un comportamiento, hagámoslo difícil y pongamos más pasos.
¿Cómo estamos aplicando esta teoría quienes tenemos la responsabilidad de llevar las comunicaciones o los asuntos públicos de una organización? ¿Aprovechamos los espacios que ya existen para comunicar lo importante? ¿O inventamos espacios nuevos (como reuniones adicionales), generando más sobrecarga de la que ya tienen nuestros equipos?
Como dice el mismo Thaler en su libro, el nudging no puede resolver todos los problemas del mundo; pero no podemos empezar a resolverlos si no hacemos fácil lo que queremos promover, y ponemos barreras a aquello que queremos desincentivar.