Hoy la Comunicación Interna (CI) ha ganado espacio en las reuniones ejecutivas de las organizaciones en la región latinoamericana. Así lo demuestran los diferentes estudios e investigaciones realizados por reconocidas consultoras y universidades de la región que nos han permitido analizar la trazabilidad de la evolución de la función de la CI.
El tema de discusión ya no se centra en quién gestiona la CI, si es el departamento de Recursos Humanos o el departamento de Comunicación o Asuntos Públicos. Hoy la importancia gira en torno a la contribución de la CI a la estrategia global de las compañías y a través de que indicadores podemos medir su gestión.
Sin duda, la pandemia contribuyó a fortalecer un área a la que no se le brindaba mayor apoyo, profesionalización y disponibilidad de recursos. Dos aspectos claves a partir de este escenario: (i) la contribución de los procesos de transformación digital que han sumado una serie de herramientas que hoy permiten a la función de CI establecer una comunicación fluida en diversas direcciones, con data real de cada interacción y (ii) por otro lado la preocupación evidente de las organizaciones en preparar a sus directivos y mandos medios en temas de soft skills y habilidades comunicacionales que ha llevado a las organizaciones a fortalecer su comunicación en cascada y a contar con equipos de trabajos con una filosofía de la organización, una identidad de marca, una hoja de ruta y una visión clara de los objetivos estratégicos de las compañías.
Por lo tanto, el colaborador ha dejado de ser un simple espectador o receptor de información y ha pasado a ser el actor que interactúa en la dinámica organizacional.
Los datos de las investigaciones lo demuestran, siendo así, vamos a tener mucho espacio para abordar acerca de este mundo interesante de la comunicación interna